Juan Bautista Poza
Sobre la vida del Padre Poza se han localizado diversos perfiles, entre los cuales se hallan los contenidos en las obras clásicas de Nicolás Antonio y Palau y Dulcet. Más adelante se han sumado las aportaciones de Astrain, Garriga, Martínez de la Escalera y, el de mayor actualidad, por Doris Moreno Martínez y Manuel Peña Diaz. Sin embargo, en ninguno de estos ensayos se ha profundizado sobre el tratado de los mártires en Japón, del cual se ofrece su transcripción a continuación. Al parecer solo López-Gay y Martínez de la Escalera han hecho mención exclusivamente a su referencia, sin sugerir alguna alusión a su contenido. Es necesario subrayar que el padre Poza nunca viajó a Japón, a pesar de sus reiteradas solicitudes hacia el Padre General de la Compañía Muzio Vitelleschi.
Con base en la información que dichos autores proporcionaron, se puede inferir que la vida del padre Poza estuvo marcada constantemente por conflictos y controversias. De acuerdo a la fuente a la que se acuda, se pueden hallar posturas defensoras o detractoras de su causa. En una síntesis que parece oportuna, se puede decir que Juan Bautista Poza nació en Bilbao, Vizcaya en el año de 1588 (siendo imposible datar el día exacto) y murió en la ciudad de Cuenca el 6 de febrero de 1659. Hijo del famoso jurista y científico Andrés de Poza, Juan Bautista ingresó a la Compañía en 1609 en Alcalá de Henares, donde en 1611 hizo su profesión. A partir de 1613, comenzó su enseñanza de retórica en Madrid y sucesivamente en Murcia dando clase de Sagrada Escritura durante 11 años. En la misma ciudad en 1620, hizo el cuarto voto para regresar a Alcalá en 1622; donde enseñó Filosofía y Teología. A partir de 1627 ocupó la cátedra de Sagrada Escritura en Madrid.
Hacia 1629 en los Reales Estudios del Colegio Imperial impartió su primera lección De Placitis Philosophorum en la que propuso una alternativa de la enseñanza de la historia de la filosofía, independiente de la escolástica y pronunciada en castellano, con mucha probabilidad para atraer más oyentes. Tres años antes, había publicado el polémico libro Elucidarium Deiparae, con el fin de exaltar el misterio de la Inmaculada Concepción de la Virgen, pero desviándose de la ortodoxia católica y siguiendo argumentos falaces y en muchas ocasiones exageradas. Por sus características textuales, sucesivamente la obra fue introducida en el Índice de libros prohibidos del Santo Oficio en un decreto del 11 de abril de 1628. Es probable que esto se deba a una interpretación que valorase más la gracia de la Virgen sobre los efectos del pecado original. argumento que sería clave para las objeciones del ex jesuita y ex carmelita Juan del Espino. Este personaje, quien había sido alumno de Poza durante sus clases en el Colegio Imperial, denuncio algunas de sus nociones ante el Santo Oficio. Como respuesta a las acusaciones de Espino, al parecer Poza le respondió con su memorial que hoy se encuentra en la Biblioteca Nacional de España (en adelante BNE) en favor de los opositores a beneficios, que no han sido de la Compañía de Jesús, contra los opositores que salieron de ella.
El único moderador de su actitud tan crítica fue el mismo Padre General de la Compañía de Jesús el italiano Muzio Vitelleschi, quien más de una vez intervino por el ante el Pontífice Urbano VIII. A pesar de haber concedido a Poza la oportunidad de corregir sus ideas, el autor español del Elucidarium Deiparae, decidió mantenerse en su postura inicial. A tal propósito escribió el Libellus Suplex al Papa, más una serie de escritos en defensa de su Elucidarium; que al mismo tiempo recibía en Roma la censura en el Index.
Al igual que su padre, los intereses de Poza giraron en tomo a las matemáticas, la geometría y la astronomía; materias que también lo llevaron a involucrarse en distintas polémicas. Entre éstas destaca la disputa con Bernardo de Portillo, documentada en otro manuscrito inédito de la BNE, donde el toledano matemáticamente discute su pretensión de la universalidad del eclipse solar acaecido tras la muerte de Jesucristo. Los Apuntamentos a unas liciones del padre Juan Bautista Ροza de la Compañía de Jesús impresas en Madrid año 1629 en que pretende que el eclipsi milagroso de sol que sucedió en la muerte de Nuestro Señor Jesuchristo no fue universal son una muestra poco estudiada de este debate.
En consecuencia, de esta actitud, Poza vio mermados sus intentos de salir de España. Su retención en la península provino principalmente desde la Corte. Hacia 1628 se ofreció a ser enviado a la misión de Japón y, más adelante, el Padre General hizo todo lo posible para que llegara a Italia. Contando con el visto bueno de Urbano VIII, se había acordado que llegara a Nápoles y no a Roma. La actitud de Felipe IV en relación a su partida ha sido interpretada de modos opuestos: unas fuentes hablan sobre la posibilidad de ser expulsado de la Compañía de Jesús por parte de Vitelleschi, mientras que otras subrayan la firme oposición de Felipe IV contra su salida por considerarlo un defensor de la Inmaculada Concepción de María.
El 9 de septiembre de 1634, todas las obras de Poza fueron censuradas por los tribunales españoles. En esa lista se incluyó su Práctica de... bien morir, tratado traducido en varios idiomas, incluso firmados con pseudónimos como ocurrió con su versión italiana de 1631. En 1633 fue encarcelado en Toledo por órdenes del Santo Oficio en la casa de la Compañía. Finalmente, Poza se vería libre de su proceso inquisitorial en 1637, volviendo a su cátedra de los Estudios Generales. El resto de sus días vivió retirado en Navalcarnero y posteriormente en Cuenca, donde falleció en 1659.