Thomas de Kempis

Su vida exterior-Tomás de Kempis murió con noventa y un años-no fue muy rica en acontecimientos. En cambio, su mundo interior estuvo lleno de profundas experiencias de fe, que expresó en sus obras.

Tomás nació en 1379 o 1380 en Kempen, en la Baja Renania. Era el segundo hijo del artesano Johann Hemerken y de su mujer Gertrud Kuyt, que era maestra. En Kempen frecuentó Tomás hasta sus doce años la escuela de latín. Durante esta época tomó la decisión con respecto a su vida: quería abrazar una vocación espiritual. La comunidad de los Canónigos Regulares de san Agustin, en Windesheim, ya le había impresionado fuertemente siendo un niño. Por mediación de su herma no Johannes se trasladó en 1392 a Deventer (Holanda) para asistir a la escuela de Johann Boome.

Allí, después de un tiempo, entabló contacto con los «Hermanos de la Vida Común». Se trataba de un grupo de hombres que surgió bajo la influencia del predicador itinerante de la penitencia Gerardo Groote de Deventer, y que, gracias a él, había asumido un nuevo estilo de vida. Groote murió enfermo de peste en 1384, con 44 años.

Tomás estaba tan entusiasmado con las ideas de la devotio moderna (movimiento de reforma espiritual en los siglos XIV y XV) y la correspondiente forma de vida que ingresó en la casa de los «Hermanos de la Vi- da Común. Allí aprendió Tomás el arte del «escriba». es decir, la copia de textos con letras e ilustraciones artísticas, la exégesis bíblica y, sobre todo, la contemplación. Sin embargo, muy pronto decidió Tomás abandonar la casa semi-monástica de los veinte hermanos de Deventer, para ingresar, con el apoyo de su maestro Florentius Radewijns, en el monasterio de los Canónigos Regulares de san Agustín de Sankt Agnetenberg, en Zwolle.

El prior de este monasterio era su hermano mayor, Johannes. Tomás fue aceptado en el monasterio en 1399 y, tras un período de prueba de siete años, pronunció sus votos para seguir la regla de la Orden de San Agustín. Se ordenó sacerdote en 1414, con 34 años. Durante más de setenta años vivió Tomás en el silencio y en el retiro de este monasterio-con una breve interrupción durante el cisma de Utrecht, cuando los monjes agustinos tuvieron que exiliarse desde 1429 hasta 1432 en Frisia--.

El anhelo de una tranquilidad interior estaba fuerte- mente acentuado en Tomás. Toda su vida se vio ensombrecida por el gran Cisma de Occidente (división de la Iglesia en el siglo XV, con varios papas y antipapas), bajo el que sufrió mucho. Es comprensible, por tanto, que fuera grande su deseo de configurar de nuevo la vida espiritual de forma más sencilla, menos complicada y más auténtica. El genuino cristianismo se convirtió en el centro de interés para él y para su obra. Su vida en el monasterio no estuvo exenta de actividades de gran responsabilidad. En dos ocasiones, en 1425 y 1448, fue elegido suprior del monasterio. Mientras tanto, fue maestro de novicios y procurador, lo que a él no le procuraba alegría ni le hacía sentirse coronado de éxito. Como monje dedicado a la vida interior y espiritual, prefería ante todo la tranquilidad, el silencio y la liturgia.

Mucho tiempo pasó Tomás copiando libros -una de las principales fuentes de ingresos para el monasterio-. Copió la Biblia cuatro veces, por lo que se la sabía de memoria. También copió un misal y las obras de Bernardo de Claraval. Copió varías veces su propia obra principal, la Imitación de Cristo. El denominado manuscrito de Bruselas, de 1441, es una copia de su propia mano.

La Sagrada Escritura fue la principal fuente de inspiración para Tomás de Kempis, pero también recurría a los pensamientos y afirmaciones de Agustín, Gregorio Magno, Bernardo de Claraval, Francisco de Asís, Tomás de Aquino y Buenaventura. En todas sus obras proporciona Tomás una mística comprensible y práctica para la vida diaria como camino espiritual.

Su obra principal, la Imitación, no tiene como fundamento un concepto unitario. Su estilo consiste en la variación sobre temas que se repiten; su lenguaje fluye con soltura, con ritmo y musicalidad.

Tomás leía con entusiasmo libros de espiritualidad. Su famoso lema dice así: «He buscado la tranquilidad en todas las cosas, pero en ninguna parte la he encontrado, salvo en un rincón con un libro», o, como se dice en neerlandés, «in en Hoesken met en Boesken». Tal es la inscripción que se encuentra en su lápida.

Tomás de Kempis murió el 25 de julio de 1471 en el monasterio de Sankt Agnetenberg. Sus restos descansan desde 1897 en la iglesia de San Miguel en Zwolle. Su monasterio ya no existe.

Seguir a Jesús con Tomás de Kempis. La «Imitación de Cristo», hoy es una traducción-adaptación de los «Cuatro libros de la Imitación de Cristo. No debe considerarse como una traducción científicamente rigurosa. Intenta, con un lenguaje sencillo y actualmente comprensible -sin sobrecarga religiosa-, transmitir el pensamiento tan sumamente valioso y las experiencias de fe de Tomás de Kempis

Esta traducción-adaptación se basa en el texto latino de la edición Thomae A. Kempis: De Imitatione Christi. Libri quatuor. Apud Joannes Wilhelmum Friessem. Coloniae. Anno 1690. Además de este texto en latín, han servido de gran ayuda las traducciones y las adaptaciones más famosas publicadas en lengua alemana, como, por ejemplo, las de J. M. Sailer, Johann Arndt, Guido Görres, Johannes Gossner y Otto Karrer

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