Sebastián Izquierdo

N. 29 enero 1601, Alcaraz (Albacete), España; m. 20 febrero 1681, Roma, Italia.

E. 17 enero 1623, Madrid, España; o. c. 1633, Madrid; ú.v. 13 junio 1639, Madrid.

Antes de entrar en la Congregación de Jesús había obtenido el grado de maestro en filosofía en Alcalá. Desde 1641 enseñó filosofía y teología en Alcalá, Murcia y Madrid, y fue rector de los colegios de Murcia y Alcalá. Elegido (1661) asistente de España por la Congregación General XI, desempeñó el cargo hasta 1679. Dirigió con éxito un razonado memorial al Rey de España y al Consejo de Indias (1673) para la admisión de jesuitas europeos, no provenientes de países enemigos de la Casa de Austria, en sus dominios de América y Filipinas, dada la escasez de personal en España. La cédula real (1674) permitió una tercera parte de tales misioneros.

Por su obra, Pharus scientiarum, Sebastián tiene un puesto en la historia de la ciencia. Su propósito era ofrecer una teoría general de la ciencia, «scientia de scientia», inserta en la línea lulística de su época; en el límite está la pretensión de Leibniz de establecer un catálogo general de conceptos juntamente con una «characteristica universalis», que reduzcan cualquiera argumentación a un cálculo. Como dice Fuertes, en el Pharus el arte general del Saber, como método, se fundamenta en la lógica. Dentro del Pharus sobresale la «Disputatio XXIX de Combinatione». Su importancia, más que en la universal aplicación que su autor pretende, consiste en las nuevas y originales contribuciones que aporta. I trata, de modo sistemático y adecuado, las diversas clases de agregados de exponente q, es decir, que constan de q elementos, y que pueden formarse con p objetos dados: y asimismo calcula cuántos agregados pueden formarse de cada clase. Las características o diferencias que especifican las clases de agregados pueden ser «penes differentias substantiae, positionis vel repetitionis», o sea, según la diversidad de elementos, el orden de su posición o su posible repetición. Así, por ejemplo, Sebastián plantea y resuelve (Qu. II. prop.5) el problema de hallar el número, sea K q/p. de combinaciones con repetición de p elementos tomados de a en q, o sea el número de agregados de exponente a cuando se dispone de p elementos distintos, cada uno de los cuales puede repetirse indefinidamente (o sea hasta q veces). Los resultados que obtiene, los expone en la Tabla IX, que coincide con el triángulo aritmético. En términos modernos y llamando C q/p el número de combinaciones ordinarias de p elementos tomados de q en q, el resultado de I es que

 

K (q/p) = C (q/p+p+1) = (p+q+1)¡/(p+1)¡ q¡

 

En su obra matemática se echa de menos el uso de la notación algebraica y una mayor explicitación del principio de inducción completa; pero es clara, rigurosa y algunas veces profunda. Tuvo notable repercusión tanto en España como en Europa.

Su espíritu matemático brilla también en la Práctica de los Ejercicios Espirituales, primer ejemplo de un método claro, conciso y ordenado, que tiene por meta el trabajo personal del ejercitante. Prueba de su acierto lo dan las ediciones y traducciones de la obra (24 españolas, 10 italianas, 6 latinas y otras). De sus años romanos son también las Consideraciones de los cuatro novísimos y los Medios necesarios para la salvación, más un par de traducciones.